Para las actrices, la cara es una herramienta de trabajo y es importante que luzca bien arreglada y en forma. Para ello, las estrellas recurren a la cirugía plástica y a todo tipo de inyecciones de belleza. No siempre son beneficiosos. Considere los ejemplos más llamativos cuando el plástico arruinó una carrera.
Tori Spelling
Tori Spelling, conocida por la serie de televisión "Beverly Hills 90210", no era particularmente hermosa, pero su apariencia fue memorable. La actriz decidió discutir con la naturaleza. Para hacerse más atractiva, comenzó a recurrir a inyecciones de plástico y de belleza.
Desafortunadamente, los logros de la cosmetología y la cirugía modernas no beneficiaron a la actriz. Ella no recibió más papeles estelares.
Melanie Griffith
No hubo papeles icónicos en la carrera de Melanie Griffith. Más a menudo hablaban de ella como la esposa de Antonio Banderos. En el contexto de un esposo exitoso, la mujer decidió corregir su apariencia para ganar fama y roles interesantes. En parte, este deseo se hizo realidad.
De hecho, los plásticos que no han tenido éxito se han convertido en objeto de una amplia discusión. Los medios de comunicación de todo el mundo han difundido fotografías de la piel tensa y al mismo tiempo arrugada de Melanie, su rinoplastia fallida y sus labios extendidos por las inyecciones. Ella nunca se convirtió en la mejor.
Oso Emmanuelle
La actriz francesa, que se distingue favorablemente por su belleza natural, fue muy popular entre los directores en Francia.
A medida que crecía, Emmanuelle decidió recurrir a los esteticistas. La actriz comenzó a verse más joven, mantuvo sus rasgos refinados y las arrugas desaparecieron. El problema es diferente: el rostro de la mujer se ha convertido en una máscara inmóvil. Ahora las emociones no son particularmente visibles en él. Emmanuel también logró arruinar sus labios naturalmente regordetes.
Meg Ryan
Esta actriz es familiar para muchos. En su filmografía hay papeles en películas de culto. Con una carrera de hasta 40 años, también le estaba yendo bien. Meg simplemente no quería envejecer.
Habiendo cruzado la marca de los cuarenta años, la actriz recurrió a los cirujanos plásticos para preservar la apariencia que le da la naturaleza. La decisión resultó ser un fracaso. El rostro de la actriz después de la intervención se distorsionó, se le hizo difícil hablar.