La mujer australiana nunca se quitó el maquillaje de la cara y quedó con cicatrices en los párpados. Así lo informa el portal de noticias Science Alert.
Theresa Lynch de Sydney se quejó con un oftalmólogo sobre el dolor en sus ojos. Durante el examen, el médico descubrió manchas negras en la parte posterior de los párpados de una mujer de 50 años. “Admitió que había estado usando rímel activamente durante más de 25 años y no siempre se lavó”, dijo la Dra. Dana Robaei.
Según ella, durante varios años, mientras la mujer dormía con rímel aplicado en las pestañas, se desmoronaba, se absorbía en la mucosa del ojo y se endurecía. Pequeños trozos del cosmético congelado perforaron la conjuntiva y rasparon la córnea. “Se siente como arena en los ojos, irritación constante”, concluyó el médico.
Lynch tuvo que soportar una cirugía de hora y media, durante la cual los médicos le quitaron todos los trozos de rímel de los ojos. Como resultado, dejó cicatrices en los párpados y la córnea.
“Es muy importante quitarse el maquillaje correctamente todas las noches, sin excepciones. No debería haber dejado que llegara tan lejos”, dijo Lynch, quien decidió publicar su historia para la edificación de otras chicas.