No hay disputa sobre los gustos, una verdad bien conocida. Pero no solo cuando se trata de bellezas reconocidas. ¿Pero son reconocidos? Las heroínas de este artículo son titulares, ganadoras de prestigiosos concursos rusos. Sin embargo, no todo el mundo está preparado para reconocer a estas chicas como Reinas de la Belleza.
Ekaterina Nishanova
Tan pronto como se supo sobre la victoria de Ekaterina Nishanova, de 33 años, en la competencia "Sra. Rusia-2019", surgió una tormenta de declaraciones negativas en la Web. Según los comentaristas, la victoria de Catherine es inmerecida y su apariencia no cumple en absoluto con los requisitos de tales competencias, porque los participantes deben brillar con belleza natural y no con los logros de la cosmetología y la cirugía plástica. Tal reacción de la audiencia hizo que Ekaterina se negara a representar a Rusia en la competencia internacional: "Mrs. Universe - 2019" se llevará a cabo sin la participación de nuestra "Mrs."
Irina Alekseeva
Irina, de 18 años, se convirtió en la dueña del título "Miss Moscú-2014", pero en lugar de felicitaciones, una ola de críticas cayó sobre ella. Los usuarios de Internet, sin dudar en las expresiones, discutieron su apariencia; en su opinión, la cara de la niña no alcanza de ninguna manera los estándares de la competencia. Algunos "humoristas" incluso sugirieron que Irina estaba relacionada con el jugador de fútbol Alexander Kokorin, porque realmente se puede rastrear algún parecido externo.
Elizaveta Lopatina
La victoria de Elizaveta Lopatina en el concurso Miss Moscú 2017 también provocó una reacción mixta. La mayoría de las preguntas fueron provocadas por la sonrisa de la bella y su barbilla, sugiriendo pensamientos sobre el abuso del botox.
Ekaterina Lifshits
Miss Moscú-2018 también fue atacada por críticos rencorosos. La "mejora" de la apariencia, realizada por Catherine, fue visible a simple vista, y esto se convirtió en el motivo de la indignación del público. La belleza "convertida" se ofreció a renunciar al título y al jurado para adquirir gafas, porque la competencia debe evaluar la belleza natural y no los resultados de los plásticos de contorno y relleno.